miércoles, 23 de agosto de 2017

Se llama tormenta

Se llama tormenta
y en los días apacibles
te tira de las orejas
si te sientes libre.
Te provoca sueño
y luego recluta mosquitos
una vez te acuestas.
Y aunque tú no lo sepas,
cuando por fin duermes,
te imagina muerto
y se pone triste
y después se ríe
y al rato te despierta.


Se llama tormenta
y habita bajo tu cama.
En invierno,
cuando el suelo está helado
cambia de lado
tus zapatillas
y te vuelca el vaso
de agua
sobre la mesita.
Pero lo que no sabes
es que es ella
la que te arropa
cuando en pleno verano
te despiertas empapado.


Se llama tormenta
y te busca citas de amor
imposibles de eludir
cuando tu equipo juega.
Sonríe si te ve en apuros
y se relame
cuando llegas tarde
a cualquier sitio importante.
Es odiosa.
Y aunque nadie lo sabe
en los días tormentosos
la imaginas muerta
en un rayo de esperanza
que ella misma te lanza.


Y te pones triste.
Y después te alegras.

Se llama tormenta
y nunca te deja solo.

Ni siquiera en los días de…

Se llama TORMENTA.




 

jueves, 10 de agosto de 2017

Ars Magna

Que te sirvan huevo frito con patatas.
Una ilusión simulada.
Una exhibición de equilibrio.
Que el huevo sea huevo.
Y las patatas, patatas.
Y la cuenta un infinito.
Que el trampantojo seas tú
de ti mismo, al pagarla.
No hay estafa.

Onanismo figurativo

El arte abstracto es
como hacerte una paja
y pretender que los demás
sientan el orgasmo.



lunes, 7 de agosto de 2017

Olor a miedo

Yo puedo oler el miedo en cualquier parte.
Y por saberlo no hay que perder la calma.
No es un hecho asombroso. Es sólo un hecho.

Parece que no hay nada fuera de lo corriente,
y, sin embargo, hay miedo,
hay un rumor obsceno, que es la vida
latiendo por debajo de la vida.

La cuerda del violín se tensa demasiado,
la caldera estallará dentro de unos momentos.
Y todo es como siempre.

                                             La muchacha
baila medio desnuda en mitad de la pista,
y unos tipos babean en la tiniebla espesa.

                  (Todo en calma. Sin novedad en el frente.
Y el silencio se afila poco a poco.)

                                          Dos novios, embobados,
ella con la cabeza sobre el hombro de él,
escuchan a las sombras hablar en la pantalla:
Arranca y vámonos. Qué mierda de país.
Desde hoy en adelante,
sólo será mi hogar la carretera.


(No hay nada que objetar. No hay nada que temer .)

                                             Los bañistas
sudan al sol de un verano implacable;
del chiringuito próximo, penosa,
llega la consabida canción de un transistor.

(Y las saetas están a punto de alcanzar su límite,
el agua hirviendo se desborda del mundo,
y aunque nadie lo advierta,
ahora es la vida un hierro al rojo vivo.)

No hay nada que temer, no hay nada que objetar,
todo bajo control y todo en calma,
y, sin embargo,
hay una vida que arde debajo de la vida,
y un clamor insufrible que alimenta el silencio,
y un continuo rumor en mitad de la nada.

Que cada cual acepte su condena:
yo puedo oler el miedo en cualquier parte.




Carlos Marzal

miércoles, 2 de agosto de 2017

Entonces la serpiente dijo:
- No morirás.
  Dios sabe que cuando comas de ese árbol lo comprenderás todo.
  Serás como él.