pero existe un momento en la vida,
sólo un momento, en que somos conscientes
de que somos genios o enamorados.
O una cosa u otra, imposible ambas.
Y cuando ese momento llega
de que arrastraremos nuestra carga,
sea la que fuere, hasta el final de los días.
Sé que nunca alcanzaré las cimas de la genialidad
y lo más abrumador, acongojante aun,
sé que el momento del amor
se escurrió entre mis dedos para siempre.
Así, ni tengo nada ni espero nada.
CHUSÉ IZUEL